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En África Central, la recuperación económica debe pasar por una reforma de la legislación sobre divisas

La crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de la Covid19 está arrasando los sistemas productivos, económicos y financieros de todo el planeta: las empresas quiebran, millones de personas han perdido su empleo, las economías han entrado en recesión e incluso depresión, las pequeñas y medianas empresas han bajado la persiana, y los sueños y las ideas de negocio se desvanecen sin llegar materializarse.

En este contexto, la zona de la CEMAC es una de las zonas más afectadas de todo el continente africano debido a su escasa integración y diversificación económica. Los seis países que la conforman: Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Chad, República Centroafricana y la República del Congo comparten una economía dominada principalmente por los hidrocarburos, que representan el 80% de los ingresos por exportaciones y el 75% de los ingresos fiscales según el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

A pesar de que la zona CEMAC registra un número limitado de contagios de Covid-19, se estima que el impacto económico de la pandemia del coronavirus sea de proporciones considerables para sus países miembros. La caída de la demanda externa, el comercio y la actividad económica, junto con las restricciones de sus principales socios comerciales (China y Europa Occidental) y el endurecimiento de las condiciones de financiación, pesan sobre economías ya frágiles, que adolecen de sistemas de salud inadecuados, así como serios desafíos para avanzar hacia un desarrollo económico ordenado y sostenible.

A los riesgos económicos se suma la caída de los precios del petróleo en medio de una presión continua a corto plazo. Aunque los estados miembros de la CEMAC se han embarcado en programas para reducir la deuda pública y la acumulación de deuda desde la Cumbre de Jefes de Estado en Yaundé en diciembre de 2016, apoyados por programas del FMI y un importante apoyo financiero al desarrollo, han avanzado poco en la diversificación de sus economías basadas en el petróleo.

De los seis estados miembros, solo Camerún es un importador neto de petróleo. Sin embargo, Chad, Congo-Brazzaville, Guinea Ecuatorial y Gabón son más dependientes del petróleo que Camerún, al que se atribuye alrededor del 68% del PIB nominal de la CEMAC en 2019. De hecho, la tímida recuperación de las economías de la CEMAC que comenzó en 2017 después de la anterior crisis del precio del petróleo se ha frenado en seco debido a la recesión mundial, provocada por las medidas para contener la pandemia. Se prevé un fuerte deterioro del déficit presupuestario y comercial de la región.

Durante décadas, los gobiernos de los países de la CEMAC han estado hablando de programas de diversificación económica que no han obtenido el éxito que todos esperaban. ¿La razón? Sobre el papel se han plateado excelentes planes y programas de diversificación económica, pero el desarrollo del sector privado no ha ido a la par. De hecho, el desarrollo de un sector privado robusto y vibrante con acceso a financiación, y que opere dentro de un ecosistema económico donde el imperio de la ley garantice la inviolabilidad de los contratos y proteja a los inversores, es algo que la región de la CEMAC aún no ha presenciado.

No se puede hablar de diversificación y crecimiento económico sin un tejido empresarial fuerte a nivel nacional o regional que genere empleo y oportunidades de negocio para nacionales y extranjeros. En definitiva, el sector privado debe tener el peso que se merece y debe ser el director de orquesta en el diseño y articulación de cualquier programa macroeconómico en el medio y largo plazo para que tenga una garantía mínima de prosperar.

A pesar de todas las dificultades producidas por la Covid-19, la subregión de la CEMAC debe utilizar su sector de hidrocarburos como catalizador para construir un tejido empresarial regional vibrante y sólido a través de la implementación de políticas coherentes de Contenido Local y Regional que sean efectivas, responsables y consistentes para la transformación, fortalecimiento y diversificación de la actividad económica en toda la región.

Sin embargo, se observa con gran preocupación la dinámica en el área de la CEMAC, donde continúa la implementación de políticas económicas, monetarias y fiscales contraproducentes de la era pre-pandemia de la Covid19. Regulaciones que solo acentuaban la dependencia de la actividad económica del sector del petróleo y gas y que de manera transversal impiden que los recursos financieros obtenidos de las industrias extractivas sean reinvertidos en otros sectores económicos que son igualmente prometedores y posiblemente rentables. Políticas que, si se mantienen, exacerbarán aún más la ya difícil y deteriorada situación económica de la zona.

Se persiste en la implementación de políticas fiscales agresivas en tiempos de crisis en la subregión de la CEMAC, lo que se traduce en una disminución de las inversiones en exploración petrolera, cancelación de proyectos, etc.

La huida de capitales del área de la CEMAC a través de métodos ilícitos, lavado de dinero y otras actividades económicas ilegales son actos que las autoridades monetarias regionales y nacionales deben perseguir y combatir; apoyan esos esfuerzos. Pero este trabajo no debe realizarse en detrimento de la actividad económica legítima que genera empleo y riqueza nacional.

La nueva regulación cambiaria de la BEAC está causando daños considerables al sector petrolero y está destruyendo el incipiente sector privado local y regional de la industria petrolera de la CEMAC, sector que aporta el 80% del PIB de la subregión.

La nueva regulación cambiaria es un golpe al atractivo de la región de la CEMAC para la Inversión Extranjera Directa (IED), ya que impide el libre flujo de capitales y la repatriación de beneficios. Además, también niega a las empresas locales de los países de la subregión la posibilidad de competir en igualdad de condiciones con las empresas occidentales de servicios del sector petrolero. Las grandes fábricas y proveedores de la maquinaria y materiales utilizados por la industria petrolera en la zona CEMAC no son de fabricación local. Si una empresa local no puede pagar a su proveedor en los términos pactados por las trabas y bloqueos que genera el Reglamento BEAC Forex, inexorablemente perderá los contratos que laboriosamente ha podido obtener con las grandes petroleras que operan en la zona económica, lo que redundará en el cierre de la empresa local, el despido de empleados y, en última instancia, una menor generación de riqueza nacional.

“Es importante que las decisiones económicas adoptadas en la CEMAC velen por los intereses económicos de sus Estados miembros antes que cualquier otra consideración. No debemos ser reaccionarios ante la crisis, debemos ser analíticos y estratégicos. No debemos priorizar las opiniones y recomendaciones de terceros con los que competimos en el ámbito internacional, sino priorizar las necesidades reales de nuestras economías y tejido empresarial”.

No es el Sr. Smith de Dakota del Norte quien viene a invertir en el sector de petróleo y gas africano el que quiere destruir el contenido local, sino el Sr. Sisoko, Director Gerente de un banco africano que no apoya al sector privado nacional mediante la financiación de proyectos. que son viables. No es el señor Nakayama de Tokio que viene a traer la tecnología de punta para la licuefacción de gas natural en un país africano el que quiere destruir el contenido local, sino la institución pública que no quiere o no sabe cómo implementar su propia regulación sobre la materia. No es el señor Johnson de Houston el que llega a un país africano como Country Manager de una gran petrolera el que quiere destruir el contenido local, sino el africano que ocupa el cargo de Supply Chain Manager en dicha petrolera y que sigue permitiendo que el Sr. Johnson traiga a sus amigos de Texas para ganar contratos que podrían haberse adjudicado a empresas locales. No es el Sr. Andrew de Alaska quien viene a África como ingeniero de perforación para una plataforma offshore el que quiere destruir el contenido local, sino el CEO de un Banco Central cuyas políticas monetarias impiden el crecimiento y la internacionalización de las empresas nacionales.

El desarrollo de políticas de contenido local en el sector petrolero africano es responsabilidad de todos los actores económicos (públicos y privados); es el momento de que los africanos se quiten la bota del cuello del contenido local africano y lo dejen florecer.

Por Leoncio Amada NZE, Presidente Ejecutivo de la African Energy Chamber y Director Ejecutivo de APEX Industries SA.

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