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Maneras de evitar toda crisis económica

Así es la economía en China

La economía china no es diferente al resto. Muchos pensaron que China era la mejor economía del mundo porque crecía mucho y durante muchos años, sin advertir que el crecimiento chino era desincronizado, basando más del 25 % de su crecimiento durante los últimos 20 años en el sector inmobiliario e infraestructuras civiles. Ahora, China está pasando una crisis sin precedentes porque aumentó anormalmente sus bienes de capital y su masa monetaria por encima de las necesidades nacionales. Tanto es así que muchos observadores internacionales coinciden en señalar que China está atrasando y maquillando los flojos datos macroeconómicos que publica.

Fundamentalmente, por culpa de la crisis de 2007 y políticas keynesianas, hoy el mundo está en crisis por haber inundado de dinero el mercado. La sobrecapacidad monetaria es tal que actualmente hay cuatro billones en dinero parado en la Reserva Federal y una cantidad similar y proporcional en el Banco Central Europeo, en concepto de exceso de reservas bancarias.

La emisión monetaria es una respuesta común e inmadura que suelen utilizar los economistas pre-capitalistas para hacer frente a (i) rescates bancarios (ii) rescates de empresas sistémicas, como AIG, GM, etc. (iii) y en tercer lugar, para impulsar la economía. Pero estas medidas suele acarrear inflación, provocan desigualdades, fuerzan el ciclo tecnológico, crean burbujas de activos y crisis económicas. Así lo describe el libro El Patrón Interés, de Pedro Gómez, un reconocido autor especializado en economía.

Las cuatro variables (4VF)

En el citado libro, el autor analiza los efectos que produce el aumento desincronizado de la oferta monetaria respecto al resto de variables fundamentales (Bienes Públicos, Bienes de Capital y Recursos Humanos). Para evitar situaciones socio-económicas críticas, el autor desarrolla un innovador criterio de emisión de dinero. Según el autor del libro Patrón Interés, para que una economía evoluciones correctamente, para que las cuatro variables fundamentales no se desincronicen, es necesario emitir dinero, permitiendo que el tipo de interés coordine al sector industrial y al financiero, a la actividad pública y la privada, al ahorro y a la inversión; en otras palabras, la economía debe estar coordinada por el Patrón Interés.

Cuando la oferta monetaria se incrementa, los profesionales y empresarios deben aprovechar el momento para dotar de valor efectivo a los papelitos de colores, de lo contrario, el mercado se resiente. Cuando la emisión de moneda se destina a construir más viviendas de las necesarias (China en la actualidad o de España a principios de siglo) la economía termina colapsando. La economía es como el cuerpo: se debe dotar al sistema de energía monetaria en función del nivel de actividad. Si se conocen muchos o emitimos mucho dinero, el cuerpo sufrirá obesidad y la economía se atrofiará. Y esto es así porque el exceso de dinero hará que determinados bienes aumenten de precio (p.e.: bienes raíces), detrás van los salarios, los alquileres y en pocos meses se observará un alza generalizada y sostenida de precios (inflación). En paralelo aparecerá el desempleo, porque la gente no consume y no invierte como en épocas preteritas por la pérdida de poder adquisitivo y por miedo al futuro, al “qué pasará”. Este escenario comprime la demanda y los precios.

La deflación, las quiebras y la reducción del PIB es un mecanismo corrector natural que el propio mercado exige para salir de la insana situación anterior. Pero si el Banco Central sigue emitiendo dinero y los Estados siguen incrementando su endeudamiento, en vez de sanar la enfermedad, esta se enmascara, se atrasa y agranda. Pero, en un momento dado, todo revienta, desembocando finalmente en un incremento descontrolado de inflación y el incremento de tipos de interés, como le ocurre actualmente a Europa o a EEUU. Pero, ¿cómo se puede saber la cantidad de dinero que necesita la economía?

Determinar la oferta monetaria

Para evitar exceso o defecto de masa monetaria, el libro El Patrón Interés plantea una alternativa al sistema monetario actual. Según esta novedosa teoría monetaria, es clave que la inyección del dinero se realice conforme a las necesidades del mercado. El dinero, por ser un producto más del mercado, debe seguir una vieja regla de oro: consumos pasados condicionan producciones futuras. Y esto se observa en cualquier sector de actividad, excepto en el sistema monetario. Por ejemplo, si se cultivan tomates en proporción similar al consumo previo, el precio de los tomates será estable. Pero, lamentablemente, el Banco Central no tiene en cuenta esta vieja regla de oro económica.

En otras palabras, la oferta monetaria debe aumentar en cantidad idéntica al consumo de capital. Y el consumo de capital se obtiene totalizando los intereses consumidos (ΣI) o generados (según el punto de vista) por todo el sistema financiero (agregado de intereses=ΣI). Si emitimos dinero con base en el consumo de capital (ΣI), el crecimiento de las cuatro variables fundamentales (4VF) de la economía será proporcional. Dicho de otra manera, ahorro e inversión siempre tienen que tener el mismo signo. A mayor ahorro mayor inversión y viceversa.

El Patrón Interés propone que el agregado de intereses (ΣI) sea la cantidad de dinero exacta que deberá emitir el Banco Central. El nuevo dinero se entregará a la Administración Pública para el pago de bienes públicos construidos por empresas privadas. El dinero entrará en las cuentas bancarias de las empresas privadas y, los bancos, negociando con las empresas privadas, utilizarán los depósitos para la concesión de nuevos préstamos e impulsar la economía, reiniciándose el ciclo monetario. El ahorro y el tipo de interés son las únicas herramientas capaces de coordinar las cuatro variables fundamentales (4VF).

Constatación empírica del Patrón Interés

Según esta novedosa teoría monetaria, en una economía sana el agregado de intereses (ΣI) tendría que ser igual a la inversión pública. Pero, ¿es observable este fenómeno monetario en la realidad? Pues en España y según el citado libro, se observa que esta regla se confirma. Así, él, según los datos del Banco de España y de la IGAE los datos macro de inversión pública y agregados de intereses son similares. Por ejemplo, en el año 2017 la inversión pública fue de 23.182 millones de euros y el agregado neto de intereses 23.968 millones. En el 2018 fueron 25.715 vs. 24.150. En el 2019 se totalizaron 25.372 millones frente a 24.179 de agregados netos de intereses (ver más detalles en el citado libro).

Es realmente sorprendente ver cómo la lógica del mercado se confirma a pesar de que, en la actualidad, no se aplique de forma rigurosa el Patrón Interés. Pero en el futuro esas cifras no serán similares, sino exactamente iguales, pues ambas columnas se ubicarán en el activo y en el pasivo del futuro Balance Nacional de Masa Monetaria. El Patrón Interés es el salvavidas que todos los economistas, empresarios y trabajadores estabamos reclamado para evitar los ciclos económicos. En el futuro habrá fluctuaciones económicas, pero no crisis económicas. El Patrón Interés supondría, según su autor, la mayor revolución económica de los últimos cinco siglos.

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