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Una autoestima sana y positiva, para tener una vida equilibrada y saludable

Tener una autoestima sana y positiva es vital para poder tener una vida personal o profesional equilibrada y saludable. Pero lo curioso es que, muchas veces, la autoestima está por los suelos y las personas no son conscientes de ello, llegando incluso a normalizar ese estado.

Pedro Serrano, coach personal y ejecutivo, explica las razones por las que esto puede ocurrir.

Tipos de autoestima

Básicamente, hay dos tipos de autoestima.

Autoestima alta

Este es el estado equilibrado y deseado. En este estado, las personas tienen una buena y positiva percepción y valoración de ellas. Tienen seguridad y confianza. Se responsabilizan de sus acciones. Son protagonistas de su vida.

Autoestima baja

En este estado, las personas tienen una percepción distorsionada y negativa de ellas mismas y se infravaloran. Esto provoca inseguridad, disconformidad y rechazo hacia ellas mismas y hacia todo lo que les rodea. Se instalan en la queja y buscan culpables. Se sienten víctimas en la vida.

Este es quizás el asunto más frecuente que Pedro Serrano se encuentra en sus sesiones de coaching.

Síntomas de una baja autoestima

Existen algunos síntomas que pueden avisar a las personas de que su autoestima está desequilibrada y baja. Por ejemplo, no tener seguridad en un@ mism@ o no tener motivación y seguridad a la hora de empezar las cosas.

En este sentido, una persona con baja autoestima pone el foco en sus debilidades y carencias en lugar de en las fortalezas y virtudes. Tampoco es capaz de expresar sus opiniones por miedo a sentirse rechazad@ o porque piensa que carecen de valor.

Además, se siente culpable y víctima, no aprecia las cosas que se tiene y todo es insuficiente. Igualmente, atribuye sus logros a causas externas y los fracasos a causas internas o personales.

En sus relaciones interpersonales, se siente juzgad@ casi constantemente por las demás personas. Y se compara constantemente, al ver al resto superiores. Por eso, busca el reconocimiento de los demás frecuentemente.

La baja autoestima también provoca que la persona tenga diálogos internos negativos y se hable mal casi constantemente. Siente que no tiene nada que aportar, y espera recibir la validación o la ayuda del exterior.

Como consecuencia, se relaciona con los demás desde una posición inferior e insegura, pudiendo desarrollar síndrome del impostor, al no creerse lo suficientemente buen@ en lo que hace.

Por último, también siente la energía baja, tristeza sin motivo y malhumor, además de vivir con nerviosismo y angustia en la mayor parte del tiempo. Esta apatía y desmotivación provocan falta de concreción a la hora de definir objetivos.

Este es un resumen, donde una persona con baja autoestima puede reconocerse en algunas de estas situaciones.

Orígenes de la autoestima baja

Son variados los orígenes y los detonantes que pueden provocar tener la autoestima baja, pero hay un denominador común que está presente en casi todos los casos, y es el miedo.

Miedo a no creerse suficiente, miedo al rechazo, miedo al qué dirán, miedo al futuro, miedo que quita seguridad y paraliza, llegando a bloquear muchos aspectos de la vida.

Estos miedos pueden venir del pasado. De hecho, algunos de estos miedos y creencias vienen de los primeros años de vida, en los cuales se quedan grabadas ciertas palabras, situaciones, que el subconsciente ha grabado y que a día de hoy y con ciertos detonantes salen a la luz.

Pero el coaching no hace terapia, ni pone el foco de trabajo en el pasado, aunque pueda tenerlo como una referencia. El coaching trabaja desde el momento actual y con vistas al futuro. Porque la persona que se es ahora nada tiene que ver con la que se era hace 5, 10, 15 años.

Además, un coach pone el foco en esos otros miedos que no vienen de temas reales y concretos, sino en aquellos que las personas crean en su cabeza y que no son más que pensamientos, ideas, y creencias limitantes que, sin ser reales, sus efectos sí lo son, ya que anulan a las personas, las paralizan, les quitan seguridad y, por supuesto, les quitan energía.

Los famosos “y si tal, y si cuál”, donde la persona se proyecta en futuros catastróficos, y donde, además, parece que no haya recursos y herramientas, con lo cual es el escenario ideal para sentirse fatal, bloquearse y no tener confianza en un@ mism@.

Por otro lado, a diferencia de las largas terapias, el coaching ayuda a resolver estos temas en pocas sesiones. Identificando y gestionando todos esos miedos en el presente que impiden tener una autoestima alta y equilibrada, base esencial para el buen funcionamiento del día a día.

Se debería saber ya, por cierto, que esas apocalípticas predicciones no llegan nunca a acontecer en la mayoría de los casos.

Propuestas para mejorar la autoestima

Algunos temas que, como señala Pedro Serrano, ayudan a subir la autoestima son los siguientes.

Aceptar y reconocer el estado en que un@ se encuentra

Aceptar es siempre el primer paso, sea cual sea el tema a tratar. Entrenar y fortalecer los valores y habilidades de cada un@, y trabajar con constancia en dar luz a las debilidades y carencias.

Enfrentarse a los miedos

En este caso, la propuesta es simple: enfrentarse a los miedos, a esas situaciones o personas que producen los bloqueos e inseguridades. No hacerlo hará que esos miedos e inseguridades crezcan y se hagan más fuertes, provocando que la autoestima sea aún más baja.

El mayor enemigo de la autoestima baja, es no hacer nada. Acción, acción, acción, hacer, hacer y hacer.

Solo cada persona sabe a qué necesita enfrentarse. Puede hacerlo poco a poco, para ir cogiendo confianza. Es importante también ponerse un objetivo y fecha concreta y hacerlo.

El trato a un@ mism@

Las personas con baja autoestima deben procurar emplear palabras positivas y amables cuando se hablen. Tan importante es el qué se cuenta, como el cómo se cuenta.

El perdón y la autocompasión

Cuando alguien se perdona suelta lastre, pesos pesados como la culpa y la queja que en nada ayudan a afrontar los temas de manera eficiente.

Hablarse y tratarse como haría con un ser querido.

Practicar la gratitud

La gratitud y el perdón, junto con el amor, son energías muy potentes que vibran muy alto, y que sin duda cuando las personas las ponen en práctica elevan su vibración y frecuencia, así como su energía.

Simplemente, cada persona tiene que pensar en cómo se siente cuando da o recibe un gracias. Qué emoción experimenta cuando demuestra agradecimiento a la vida por algo que llega y que la impulsa a agradecer.

¿Funciona o no funciona?

El reputado coach señala que cada persona debe ser consciente de que todos estos temas que comparte requieren un trabajo propio y de nadie más. 

Es un trabajo de autoconocimiento, autodescubrimiento, autovaloración, autoconcepto, autopercepción, autocuidado y de autorresponsabilidad.

Y, por supuesto, para esto se puede contar con el apoyo de Pedro Serrano, coach personal. Sus sesiones consisten en ofrecer acompañamiento en todo el proceso, dando las herramientas y las perspectivas necesarias para que cada individuo trabaje por la consecución de todos sus objetivos, ya sean personales o profesionales.

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